lunes, 24 de febrero de 2014

El 9 de enero: El fortalecimiento de la Nación Panameña

Deseo, antes que nada, expresar mi sincero agradecimiento al Sr. Rector, Dr. Gustavo García De Paredes, al Vicerrector de Asuntos Estudiantiles, Ing. Eldis Barnes y al Sr. Decano de la Facultad de Administración Pública, Mgter. Nicolás Jerome, por la honrosa distinción  de confiarme la responsabilidad de expresar algunas ideas en este necesario homenaje de la Universidad de Panamá a la épica jornada del 9, 10, 11 y 12 de Enero de 1964.

Aquel jueves 9 de Enero los estudiantes del Instituto Nacional motivados por la Asociación Federada (AFIN), por la Sociedad de Graduandos salieron en ordenada manifestación a los predios del “High School” de Balboa con la intención de hacer respetar el llamado acuerdo Chiari-Kennedy que consistía en izar la bandera panameña junto a la de los EE.UU. en algunos edificios de la entonces Zona del Canal.
La mentalidad colonialista, fiel a su concepción de poder y dominio, se niega a acatar la orden del Presidente Kennedy quien fuera asesinado -dos meses antes, el 22 de Noviembre- por los círculos guerreristas y ultraconservadores estadounidenses. Sospechando íntimamente las razones verdaderas del magnicidio, los zonians se negaron a cumplir con lo pactado. Otra vez recurrieron a la simulación (hacer el fake), a la burla y dejaron la Embajada en acefalia, se fue el embajador Joseph Farland. El mismo 9 de enero, en horas de la mañana, viajó a los EE.UU., el gobernador de la Zona del Canal, el General  Robert J. Fleming Jr. quedando como responsable de la plaza zoneita, el jefe del Comando Sur, el General Andrew P. O’meara. Este general era un furibundo opositor al izamiento de la bandera panameña en las bases militares estadounidense en la Zona del Canal. El que el sargento de la policía zoneita, Carlton Bell, quien desobedeciendo la orden de su gobernador, izó la bandera de los EE.UU. en Gamboa y el hecho cierto que profesores, estudiantes y policías establecieran un cerco en el asta del Colegio de Balboa, destacándose en ello A.C. Payne, fue parte de una planificada política de engaño.
No podemos olvidar que desde 1904 cuando se dieron las primeras protestas por la ejecución del Tratado Hay Bunau Varilla, el gobierno de los EE.UU. juró que no establecería una colonia en Panamá y les creímos. En 1916, nos informaron que no izarían la bandera  de los  EE.UU. en la Zona del Canal y le creímos igual.
Al calor de las luchas anticolonialistas en África, Asia y América Latina, se incrementan los reclamos de soberanía en la Zona del Canal.  De esta manera, en mayo (2) de 1958, por medio de la Operación Soberanía, promovida por la Unión de Estudiantes Universitarios (UEU) se sembraron 75 banderas en distintos lugares de la Zona del Canal. Como respuesta inmediata las autoridades zoneísta amenazaron con repeler enérgicamente en el futuro ese tipo de actos. Al año siguiente, el 3 de Noviembre de 1959, cumplen su amenaza reprimiendo con gases y potentes chorros de agua las demostraciones realizadas en la Zona tanto del lado Pacífico como el Atlántico. Para restarle fuerza al creciente nacionalismo de los panameños y contentarnos el Presidente Eisenhower, en el mes de septiembre de 1960, dispone que sean izadas ambas banderas en el Triángulo Shaler, actualmente convertido en estacionamiento vehicular de la Asamblea Nacional.
Al rememorar la eclosión del patriotismo en aquel Enero de 1964, tenemos que admitir que fue producto de la acumulación de vejámenes e irrespeto a la dignidad humana y nacional de los panameños. La zanja canalera dividió al territorio en dos, no se preocuparon de su comunicación. No construyeron de inmediato un puente o túnel. Conculcaron y segregaron 10 millas de ancho, crearon un sistema de privilegios segregacionista y discriminatorio, el inhumano Gold y Silver Roll. Instalaron arbitrariamente sus leyes, tribunales, policías y cárceles. Deforestaron indiscriminadamente hasta el grado que en 1906 cuando nuestra poetiza Amelia Denis De Icaza vió como había quedado el Cerro Ancón y de qué manera lo habían convertido en cantera, llena de congoja nos legó su poema emblemático Al Cerro Ancón:
“Ya no guardas las huellas de mis pasos,  ya no eres mío idolatrado Ancón.
Que ya el destino desato los lazos que en tu falda formó mi corazón.
Cual centinela solitario y triste un árbol en tu cima conocí:
Allí grabe mi nombre, ¿qué lo hiciste?, ¿por qué no eres el mismo para mí?”

Por eso los manifestantes y la pequeña delegación de seis institutores llevaban sobre sus hombros el gran legado de la dignidad nacional. Es más, la propia delegación al ser conformada se tuvo el cuidado  de eximir a connotados dirigentes para no facilitar el calificativo de ser militantes de la izquierda o comunistas e inclusive también al eximir a las mujeres, fue una decisión sabia.  Los seis delegados sobreponiéndose al constante acoso, agresión física y verbal no permitieron que le arrebataran la bandera. No era cualquiera bandera. Esa fue la que encabezó las luchas de la FEP contra el tratado de bases militares o Filós-Hines en diciembre de 1947. En esa jornada es bueno destacar, se derrotó  a la primera potencia atómica que emergió de la Segunda Guerra Mundial.
Los enfrentamientos con los estadounidenses no era novedad para los panameños. Desde el siglo XIX con el Incidente de la Tajada de Sandía (Abril de 1856), la Revolución Liberal en Colón con Pedro Prestan (1885); durante la ocupación militar estadounidense  por la huelga inquilinaria, en donde asesinaron a los jóvenes trabajadores Ferdín Jaén y Marcano Mirones (octubre de 1925).
¿Por qué enero de 1964 se trasforma en fecha epónima o referencial? ¿Por qué se constituye en un antes y un después? ¿Por qué clausuró medio siglo de política revisionista y abrió una nueva etapa: la abrogacionista? ¡Porque sí! Por esas jugarretas propias de la historia se constituye por derecho propio en un salto cualitativo. Ese era el momento y contaba con los actores y protagonistas. Además de obreros  y campesinos se contaba con una influyente capas medias integradas por profesionales y estudiantes, forjados en esta Universidad de Panamá, la que desde 1935 alumbró con sus invaluables aportes de sus docentes y estudiantes el fortalecimiento de la identidad nacional.
En enero de 1964 confluyeron básicamente tres generaciones: la del movimiento inquilinario (1925), representado por el Presidente Chiari y el Ministro Galileo Solís. La generación del Frente Patriótico (1947) representado por Manuel Solís Palma,  Eloy Benetti y Jorge Illueca; la otra es la Juventud del Partido del Pueblo, el Partido Comunista de Panamá representada por Víctor Ávila.  Si quieren una referencia ideológica podemos mencionar las tres relevantes: La Liberal del partido gobernante; la naciente Democracia Cristiana y el Partido del Pueblo.
Sobre la conducta de determinadas personalidades, quiero hacer un aparte especial, para resaltar la personalidad descollante del Presidente Roberto Francisco Chiari. Fue el quién desde septiembre de 1961 mediante nota instó a su homólogo el Presidente Kennedy a atender las reivindicaciones que en justicia y en equidad le correspondían a Panamá. Esos reclamos podían ventilarse según el sin agenda previa. La réplica de Kennedy fue la propuesta de  construir un Canal Interoceánico a Nivel  en la región del Istmo (abril de 1962). Y terminaba  invitándolo a visitarlo del 12 al 18 de junio. La contra réplica de Chiari fue inmediata, audaz y valiente (17 de marzo de 1962) haciéndole observar que lo del Canal a Nivel era prematuro y aceptándole la invitación le avisa que tendría la oportunidad de encontrar la justicia y la equidad que cimente el respeto mutuo y la verdadera y sincera amistad entre ambos países.
Lamentablemente, Kennedy no contaba en ese momento con el necesario apoyo político en su país y rehuyó comprometerse con Chiari con unas nuevas negociaciones. Dos graves problemas lo afectaban: uno la de los círculos guerreristas por la escalada bélica en Vietnam y dos la presión de los círculos ultraconservadores para acabar con la revolución cubana. Después de la visita de Chiari a los EE.UU. se agudizó, cuatro meses después el problema con Cuba y en octubre de 1962 la humanidad estuvo al borde de una confrontación nuclear por el emplazamiento de misiles soviéticos en Cuba.
Comprensibles, aunque no aceptables, las limitaciones de Kennedy básicamente se pactó enarbolar la bandera panameña en 17 lugares. Ya he dicho que los militares se opusieron rotundamente a izarla  en sus bases y con ello estimularon la oposición de los zonians o colonos. Otras reclamaciones de Panamá y referidas a la apertura del mercado de la Zona del Canal que beneficiara la producción panameña; la desigualdad laboral y contar con facilidades portuarias en las dos entradas del Canal, tal cual constan en la Declaración conjunta de los Presidentes Chiari y Kennedy, del 13 de junio de 1963, fueron sencillamente desatendidas.
Ante la alevosa agresión que eran objeto los panameños, el Presidente Roberto Francisco Chiari supo comprender el momento histórico y se desempeñó con inteligencia y coraje. Decidió romper relaciones diplomáticas con los Estados Unidos (el 10 de Enero). Por eso cuando llegó a la Presidencia la multitudinaria manifestación popular, encabezada por la FEP, salió al balcón presidencial y se lo comunicó al pueblo panameño.
Fue su reacción un acto de un resentido o una conducta irreflexiva. Pues, no. Ese era el momento de la respuesta firme. Anticipándose a la confrontación, Chiari advirtió que seguiría “la línea que nos hemos trazado, sin estridencia, ni demagogia, con claridad, firmeza y dignidad, continuaré con la lucha por el logro de nuestros objetivos” (Ver el Diario El Día, miércoles 1 de enero de 1964, p. 1). No importaba que ambos países estuviéramos inmersos en procesos electorales, las presidenciales en Panamá eran en mayo, mientras que las de los Estados Unidos eran en noviembre y además, el Presidente Johnson aspiraba a la reelección. Era la primera vez que un país latinoamericano rompía relaciones diplomáticas con los EE.UU. Panamá un pequeño país que recién había alcanzado en el censo de 1960 la cifra de un millón de habitantes, se atrevió a tomar esa trascendental decisión.
¿Por qué reafirmamos que ese era el momento? Por dos razones fundamentales a saber: una, por el nivel de organización y experiencia alcanzado por el movimiento popular y en especial el movimiento estudiantil por medio de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) que agrupaba a los estudiantes universitarios y secundarios de todo el país; y dos, por la influencia por la Revolución Cubana que puso en el debate los métodos y medios para acceder al poder, es decir, mediante la vía insurreccional o armada, o por medio de la vía pacífica o electoral.
En Panamá se fue fraguando una experiencia insurreccional armada, por ejemplo, en el mes de abril de 1959, hubo alzamiento guerrilleros en Veraguas, Santa Clara, como también en Nombre de Dios y Salud, ambos en la Provincia de Colón.
Es bueno recordar que el Presidente Chiari para acceder al poder contó con el apoyo de las organizaciones populares para derrotar el continuismo de un sector de la burguesía panameña aliada con la Guardia Nacional. Roberto F. Chiari cumplió con el compromiso de una amplia garantía democrática para la reorganización y el debate en todas las organizaciones de carácter popular. En ese escenario la Democracia Cristiana les disputará a los comunistas el liderazgo entre importantes segmentos de la sociedad panameña, entiéndase en el de los estudiantes, obreros, campesinos y profesionales.
En ocasión en que el Presidente Chiari  en 1962 procuraba abrir un proceso de negociación para un nuevo tratado con los EE.UU., se organizó un movimiento huelguístico por la reforma universitaria en la Universidad de Panamá. El triunfo de ese movimiento permitió democratizar las estructuras universitarias y consolidó una mayor relación con otros movimientos y sectores sociales. Esto sirvió para  permitir la unidad nacional en enero de 1964.
Hace cuarenta y nueve años hubiera sido una irresponsabilidad monopolizar el patriotismo en circunstancia en que este se manifestaba pluralista, diverso y miles de persona de manera espontánea, la mayoría, se incorporaban a las protestas. El que tenía un arma de fuego la utilizó sin pedirle consentimiento a nadie. Por otro lado, algunos diarios y radioemisoras apoyaron incondicionalmente las reclamaciones de los panameños. Debo resaltar las exhortaciones patrióticas que hacía Radio Tribuna de Homero Velásquez, que gracias a su ubicación estratégica se dedicó a insuflar valor y a denunciar ininterrumpidamente la agresión.
Actualmente contamos con las propias fuentes del gobierno de los EE.UU.  para conocer los recursos de los que se valieron para destruir y dividir la lucha patriótica de los panameños. Para los interesados pueden acceder a U.S. Departament of State Office Of The Historian 1964-1968 Volumen XXXI ó también History State Gov Historial Documents.  Allí encontrarán viejos métodos como la adulación, el trillado anticomunismo, la falsedad, distorsión, manipulación, presión, amenazas, chantajes y, desde luego, no podía faltar los organismos internacionales como es el caso de la O.E.A.
En el Document 370, hallarán la transcripción de la conversación telefónica que mantuvo el Presidente Johnson con el Presidente Chiari  a las 11:40 a.m. del 10 de Enero, Chiari evidencia su postura serena, firme e inclaudicable. Al comunicarle Johnson que le enviaba al Sub Secretario de Estado, Thomas Mann, hombre de su confianza y que debía llegar a Panamá en el transcurso de las 5:00 de la tarde, Chiari le expresó que lo mismo que le va a decir a continuación a él se lo dirá a Mann, le propone sin tapujo una revisión de todos los tratados que afectan a Panamá en sus relaciones con los EE.UU., ya que son una fuente de insatisfacción.
Le recuerda a Johnson que Panamá tenía en esos momentos 10 muertos y más de 200 heridos hospitalizados. A su vez le remarcó que durante dos años hubo intransigencia, indiferencia y estancamiento en la atención a los problemas panameños. Johnson reflejó reticencia a encarar la crisis con la apertura de un proceso de negociación con Panamá y atrapado por los informes falsos de la CIA, recurre al miedo, al anticomunismo y señala que existe la probabilidad y posibilidad que elementos hostiles vayan a explotar la situación.
A su llegada a Panamá el enviado Mann se encontró con la manifestación de la FEP que exigía, junto a la ruptura de relaciones diplomáticas, acusar a los EE.UU. por agresión ante la ONU y la OEA. Mann desembarcó a las seis de la tarde en el Aeropuerto Militar de Howard, ubicado en la entonces Zona del Canal y a las nueve de la noche se reunió en la Presidencia de la República.
Mann pretendió entrampar la salida a la crisis con la aceptación panameña a una simple discusión. Al preguntarle la delegación a Chiari en qué consistía la revisión estructural propuesta por Panamá sin vacilación respondió: es borrón y cuenta nueva. Un nuevo tratado. Eso mediante negociaciones.
El cinismo estadounidense fue tal que el General O’meara dijo  que el daño a la bandera panameña fue porque se le cayó al portante. El periodista Gil Blas Tejeira en su columna que publicaba el diario “EL DÍA”, con la pluma como estilete, lo ridiculizó señalándole ¡ni que hubiera sido de vidrio! (ver El Día, jueves 16 de enero de 1964, p. 9).
Sobre los panameños asesinados el flamante subsecretario Mann le espetó al Presidente Chiari que había que saber quién disparó primero (“who fired the first shot”) y volvió a acusar a los comunistas. Sobre esto, Gil Blas Tejeira admitiendo que tenía familiares emparentados con estadounidenses, destaca que los que se opusieron a izar la bandera panameña no eran los izquierdistas sino los tozudos zonians. Igualmente, le informa al Secretario de Estado Dean Rusk que durante su primer encuentro en la presidencia panameña en la noche del 10 de enero, “seiscientos panameños le coreaban en la calle “yankee go home” (“and much of the conversation was conducted with background of 600 Panamanians outside chanting “Out with the gringos.”). En Document 372. Telegram Panama city, january 11, 1964.
Jugaron con todas las posibilidades incluyendo el golpe de Estado a Chiari y el colmo fue acusar a los asesores y en especial a Eloy Benedetti de ser un agente comunista. No le perdonaban haber redactado la nota con la que se rompía las relaciones diplomáticas. A cada nueva intentona Chiari le subía la parada.  El 16 de Enero los estadounidenses reportan a Washington que el presidente panameño había solicitado la reversión de la base militar de Río Hato para convertir sus instalaciones en centros educativos.
La dinámica de los acontecimientos creó una pulseada entre los que tenían confianza en alcanzar el compromiso de los EE. UU. en negociar un nuevo tratado y quienes, con una visión limitada, se convertían conscientes o inconscientemente en adláteres de la política colonial estadounidense.  Sobresalían los lumpenburgueses (dueño de bares, cantinas, prostíbulos y de los toldos carnestoléndicos). Sin embargo, todos los partidos de oposición manifestaron su respaldo al Presidente Chiari. La excepción fue el candidato Arnulfo Arias Madrid que no dejó pasar la oportunidad y acusó al gobierno “por su incapacidad para proteger al pueblo en su acción patriótica” (La Hora, sábado 11 de enero de 1964, pp. 1 y 7). Mas es preciso destacar que seis días después Arnulfo retoma el discurso nacionalista, el anunciado en su Programa de soluciones efectivas para lograr un Panamá mejor para todos los panameños sin discriminaciones odiosas (ver La Estrella de Panamá, jueves 9 de enero de 1964, p. 3).  Por eso es que el viernes 17 La Estrella de Panamá publicó el Manifiesto del Partido Panameñista. Sin dejar de acusar el gobierno y expresar su anticomunismo se deciden a “apoyar la negociación de un nuevo tratado” y agregan “…es del caso,… en aras del patriotismo hacer un llamado…en beneficio de los altos intereses de la patria”.
Las presiones ejercidas por sectores empresariales que se aglutinaron en el llamado Comité de Reafirmación Nacional, con el propósito de reanudar prontamente las relaciones diplomáticas con los EE. UU., obligan la movilización constante de las organizaciones populares y en especial la estudiantil.  El miércoles 15 de enero la Asamblea General de la Unión de Estudiantes Universitarios (UEU) aprobó una resolución de apoyo a la gestión de Chiari y salieron en manifestación a entregársela. El viernes 17, tal como se había acordado por la FEP, la federación sindical y otras organizaciones sociales se efectuó en el Parque de Santa Ana un multitudinario mitin y al finalizar se dirigieron al Palacio Presidencial a testimoniarle, una vez más, el respaldo al Presidente Chiari. Ante esa presencia masiva el Presidente Chiari reafirmó que no habrá relaciones diplomáticas sin que antes los EE.UU. se comprometan a negociar un nuevo tratado (ver La Estrella de Panamá, sábado 18 de enero de 1964, p. 1). Para esa misma fecha, es designado el Lic. Miguel J. Moreno, embajador de Panamá ante la OEA y potencial negociador. Moreno abandona su campaña proselitista a la presidencia de Panamá y desde el 22 de enero hasta el 3 de abril de1964, gestionó con éxito los acuerdos con los EE.UU. Para despejar cualquier duda el gobierno panameño publicó la nota por medio de la cual  se rompió relaciones diplomáticas con los EE.UU. (La Hora, sábado 18 de enero de 1964, p. 1). El lunes 20 de enero el Presidente Chiari se dirigió a todo el país mediante cadena nacional de radio y televisión, expresando su inclaudicable voluntad por la defensa de los intereses soberano de Panamá. También la Iglesia Católica contribuyó a la lucha patriótica que se libraba y efectuó el domingo 26 una Misa Campal denominada Cita con Dios por la Patria y oficiada principalmente por el Arzobispo McGrath.
Ante las evidentes contradicciones entre Panamá y los EE.UU. era imprescindible establecer una mejor coordinación entre todas las organizaciones patrióticas y por lo tanto se organizó el Comité de Rescate y Defensa de la Soberanía Nacional. Su dirección quedó constituida por el Dr. Jorge Illueca (Colegio de Abogado), Víctor Ávila (FEP), Ricardo Arias Calderón (Docente Universitario) y Rubén Reyna por la Confederación de Trabajadores. Ese comité organizó durante el sábado 15 y el domingo 16 de Febrero el Primer Congreso Nacional de Organizaciones por el Rescate y Defensa de la Soberanía Nacional. Sus directivos fueron Illueca, Ávila y Arias Calderón. Las resoluciones lograron apuntalar la resistencia del gobierno de Chiari ante las presiones del gobierno de los EE.UU. Sobre este Congreso y otros aspectos de la feroz lucha que se libraba contra el gobierno panameño y fuera de él, les recomiendo leer con atención el segundo tomo de Jorge  E. Illueca y el Acontecer Republicano 1918 – 1968, cuyo autor es el Dr. Celestino A. Araúz M.
Por otro lado, sin pretensiones protagónicas diré lo que en otras oportunidades he manifestado sobre la participación de los colonenses. Por la propia configuración de esa ciudad, el enfrentamiento inicial fue cuerpo a cuerpo y de allí que la mayoría de los heridos fueran por bayonetas. En la mañana del 10 de enero y antes de viajar a Panamá, Mann informó que EE.UU. tenía 3 bajas entre sus soldados y 34 heridos. (Ver Document 368). El 12 del mismo mes en horas tempranas Mann le informa al Secretario de Estado Rusk que en el Atlántico tienen 4 bajas más entre los militares y la presencia de un sólo francotirador disparándoles. Esa información probablemente está relacionada con la herida que sufriera mi hermano Juan Antonio Navas Pájaro por disparos de perdigones que se le incrustaron en el cerebro en los últimos minutos del día 11, al integrar la modesta unidad que permanecía combatiendo y también se relacionaría con el asesinato del Sargento de la Guardia Nacional, Celestino Villarreta en los primeros minutos del 12 de enero. Aún con la duda que genera la usual manipulación de las cifras de las bajas militares se abre la posibilidad de que en Colón se hayan ocasionado esas bajas. No es para alegrarse porque la pérdida de una vida humana, siempre es triste. Lo cierto es que a Juan, posteriormente en 1966, como a otros tantos le arrancarán la vida con el propósito de escarmentar y para que nadie ose enfrentar con las armas las instituciones de represión oficialmente establecidas.
Toda la reprensión y las maniobras a las que recurrió los EE UU. no impidieron que el 3 de abril de 1964 finalmente aceptaran lo que Chiari le propuso  desde 1961, es decir, negociar un nuevo tratado justo y equitativo. Eso se logró felizmente en 1977 gracias a los Tratados Torrijos-Carter. Esa conquista está asociada a la gran solidaridad que generó hace ya cuarenta y nueve años la lucha de los panameños y que se extendió desde China Popular, la entonces URSS, Egipto, Europa Occidental, abarcando México hasta la Patagonia e incluyendo a influyentes diarios estadounidenses. Por supuesto, lo relevante fue la más amplia unidad tejida entre diversas organizaciones panameñas, y de todas ellas con el gobierno del Presidente Chiari.
La comprensión de la política que ha normado las relaciones de Panamá con los Estados Unidos pasa por un estudio e investigación. Aún permanecen zonas grises que deben ser escrutadas con el ánimo de fortalecer nuestra memoria histórica y con ella la identidad. Por eso, resulta tremendamente paradójico que la Universidad de Panamá descuide este aspecto vital en la formación de buenos ciudadanos con sentido de participación crítica y creadora.
Hoy más que nunca estamos obligados a resguardar la identidad, preservar nuestro legado, nuestro patrimonio y el orgullo de ser panameños.
Debo recordar que fue la Universidad de Panamá la que instituyó la cátedra Relaciones de Panamá con los Estados Unidos en 1955. A partir de esa iniciativa del catedrático Ernesto Castillero Pimentel, los diputados Julio Linares y Camilo O. Pérez en diciembre de 1962 presentan un anteproyecto que se convierte en Ley de la República en enero de 1963 (Ley 31 del 29 de enero).  Esa Ley mandataba que se dictara en todos los colegios públicos del país y en los últimos años del bachillerato esa asignatura. Hubo de esperar 10 años para que en 1973 se ejecutara la Ley (Decreto No. 6 del 8 de enero). También en la Universidad de Panamá, a partir de esa fecha se propagó para otras escuelas y facultades.
No obstante, la han ido eliminando del curriculum. Lo mismo acontece con la Historia de Panamá. Esta última quedó reducida a dos horas durante un semestre y con la denominación de Panamá en el Mundo Global.
Nos corremos el riesgo de pretender formar buenos profesionales, pero sin conciencia nacional y, peor aún, sin sensibilidad social. Capaces de destruir el Cerro Ancón para utilizarlo como cantera para beneficiar un millonario proyecto inmobiliario.
En esos meses de Enero de 1964 de no haber contado el gobierno de Chiari con el apoyo irrestricto de docentes y la dirigencia estudiantil de la Universidad de Panamá, al igual que otros sectores sociales, los EE.UU. se hubieran burlado como lo hicieron en más de una ocasión.
Nuestra posición geográfica nos condena al acecho de las potencias de las épocas. En la actualidad se están formando negro nubarrones a los que hay que prestarle atención. Europa se debate en una grave recesión, los tambores de guerra resuenan en el medio oriente. Todo parece indicar que se reactivará la guerra fría a tres bandas: China, Rusia y los EE.UU. Aunque tengamos optimismo en el futuro, el peligro es real.
China y EE.UU. son nuestros principales usuarios del Canal. No quiera nadie que por errores terminemos sucumbiendo ante los especuladores y volvamos a desoír la advertencia del patricio Justo Arosemena al indicar “no dar el suelo porque podríamos dar el territorio”.  En aquellos días de enero de 1964 respondimos a las circunstancias. Hoy, al igual que ayer, seguimos en pos de un proyecto, o en todo caso ayudarlo a construirlo de manera que haya equidad y justicia, parafraseando al poeta Pedro Rivera: “el país que recuperó el Canal debe erradicar la pobreza”, es imperativo que los miles de millones de balboas que aporta el Canal a las finanzas públicas se pueda conocer en qué se invierten y si contribuye a eliminar la miseria.  

Así, cuando nos autoconvoquemos para conmemorar los 50 años del martirologio y coraje de los protagonistas de la gesta de enero 1964 el próximo año, en enero 2014, podamos decir con orgullo: gracias a Ustedes, mártires y héroes, tenemos patria y al servicio de todos. El mejor escudo que podamos edificar es mediante la educación que resalte lo que le ha costado a la nación panameña su reafirmación, que no nos suceda como Egipto que agobiado por sus deudas, como bien me lo recordó el Rector García De Paredes, terminó Inglaterra apoderándose del Canal de Suez sin haberlo construido. Por eso, sigue teniendo pertinencia la asignatura Relaciones de Panamá con los EE.UU. en la Universidad de Panamá. Porque como bien dice la abuela no se puede ser luz afuera y oscuridad adentro. Por ello, solicito respetuosamente que los universitarios de esta hora debatamos este importante asunto.

¡Gloria Eterna a los Mártires y
Héroes del 9 de enero de 1964!


Prof. Luis Navas Pájaro
Docente
*Discurso pronunciado en honor a la memoria
De los Mártires y Héroes de enero de 1964
Plaza 9 de enero - Universidad de Panamá
9 de enero de 2013



*Corregido para su publicación

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