Deseo, antes que nada,
expresar mi sincero agradecimiento al Sr. Rector, Dr. Gustavo García De
Paredes, al Vicerrector de Asuntos Estudiantiles, Ing. Eldis Barnes y al Sr.
Decano de la Facultad de Administración Pública, Mgter. Nicolás Jerome, por la
honrosa distinción de confiarme la
responsabilidad de expresar algunas ideas en este necesario homenaje de la Universidad
de Panamá a la épica jornada del 9, 10,
11 y 12 de Enero de 1964.
Aquel jueves 9 de Enero los estudiantes del Instituto Nacional motivados por la
Asociación Federada (AFIN), por la Sociedad de Graduandos salieron en ordenada
manifestación a los predios del “High School” de Balboa con la intención de
hacer respetar el llamado acuerdo Chiari-Kennedy que consistía en izar la
bandera panameña junto a la de los EE.UU. en algunos edificios de la entonces
Zona del Canal.
La mentalidad colonialista, fiel a su
concepción de poder y dominio, se niega a acatar la orden del Presidente
Kennedy quien fuera asesinado -dos meses antes, el 22 de Noviembre- por los
círculos guerreristas y ultraconservadores estadounidenses. Sospechando íntimamente
las razones verdaderas del magnicidio, los zonians se negaron a cumplir con lo
pactado. Otra vez recurrieron a la simulación (hacer el fake), a la burla y
dejaron la Embajada en acefalia, se fue el embajador Joseph Farland. El mismo 9
de enero, en horas de la mañana, viajó a los EE.UU., el gobernador de la Zona
del Canal, el General Robert J. Fleming
Jr. quedando como responsable de la plaza zoneita, el jefe del Comando Sur, el General
Andrew P. O’meara. Este general era un furibundo opositor al izamiento de la
bandera panameña en las bases militares estadounidense en la Zona del Canal. El
que el sargento de la policía zoneita, Carlton Bell, quien desobedeciendo la
orden de su gobernador, izó la bandera de los EE.UU. en Gamboa y el hecho cierto
que profesores, estudiantes y policías establecieran un cerco en el asta del
Colegio de Balboa, destacándose en ello A.C. Payne, fue parte de una planificada
política de engaño.
No podemos olvidar que desde 1904 cuando se
dieron las primeras protestas por la ejecución del Tratado Hay Bunau Varilla, el
gobierno de los EE.UU. juró que no establecería una colonia en Panamá y les
creímos. En 1916, nos informaron que no izarían la bandera de los EE.UU.
en la Zona del Canal y le creímos igual.
Al calor de las luchas anticolonialistas en
África, Asia y América Latina, se incrementan los reclamos de soberanía en la
Zona del Canal. De esta manera, en mayo (2)
de 1958, por medio de la Operación Soberanía, promovida por la Unión de
Estudiantes Universitarios (UEU) se sembraron 75 banderas en distintos lugares
de la Zona del Canal. Como respuesta inmediata las autoridades zoneísta amenazaron
con repeler enérgicamente en el futuro ese tipo de actos. Al año siguiente, el
3 de Noviembre de 1959, cumplen su amenaza reprimiendo con gases y potentes
chorros de agua las demostraciones realizadas en la Zona tanto del lado Pacífico
como el Atlántico. Para restarle fuerza al creciente nacionalismo de los
panameños y contentarnos el Presidente Eisenhower, en el mes de septiembre de
1960, dispone que sean izadas ambas banderas en el Triángulo Shaler, actualmente
convertido en estacionamiento vehicular de la Asamblea Nacional.
Al rememorar la eclosión del patriotismo en
aquel Enero de 1964, tenemos que admitir que fue producto de la acumulación de
vejámenes e irrespeto a la dignidad humana y nacional de los panameños. La
zanja canalera dividió al territorio en dos, no se preocuparon de su
comunicación. No construyeron de inmediato un puente o túnel. Conculcaron y
segregaron 10 millas de ancho, crearon un sistema de privilegios
segregacionista y discriminatorio, el inhumano Gold y Silver Roll. Instalaron
arbitrariamente sus leyes, tribunales, policías y cárceles. Deforestaron
indiscriminadamente hasta el grado que en 1906 cuando nuestra poetiza Amelia
Denis De Icaza vió como había quedado el Cerro Ancón y de qué manera lo habían
convertido en cantera, llena de congoja nos legó su poema emblemático Al Cerro
Ancón:
“Ya no guardas las huellas de mis pasos, ya no eres mío idolatrado Ancón.
Que ya el destino desato los lazos que en tu
falda formó mi corazón.
Cual centinela solitario y triste un árbol en
tu cima conocí:
Allí grabe mi nombre, ¿qué lo hiciste?, ¿por
qué no eres el mismo para mí?”
Por eso los manifestantes y la pequeña
delegación de seis institutores llevaban sobre sus hombros el gran legado de la
dignidad nacional. Es más, la propia delegación al ser conformada se tuvo el
cuidado de eximir a connotados
dirigentes para no facilitar el calificativo de ser militantes de la izquierda
o comunistas e inclusive también al eximir a las mujeres, fue una decisión
sabia. Los seis delegados sobreponiéndose
al constante acoso, agresión física y verbal no permitieron que le arrebataran
la bandera. No era cualquiera bandera. Esa fue la que encabezó las luchas de la
FEP contra el tratado de bases militares o Filós-Hines en diciembre de 1947. En
esa jornada es bueno destacar, se derrotó
a la primera potencia atómica que emergió de la Segunda Guerra Mundial.
Los enfrentamientos con los estadounidenses no
era novedad para los panameños. Desde el siglo XIX con el Incidente de la
Tajada de Sandía (Abril de 1856), la Revolución Liberal en Colón con Pedro
Prestan (1885); durante la ocupación militar estadounidense por la huelga inquilinaria, en donde
asesinaron a los jóvenes trabajadores Ferdín Jaén y Marcano Mirones (octubre de
1925).
¿Por qué enero de 1964 se trasforma en fecha
epónima o referencial? ¿Por qué se constituye en un antes y un después? ¿Por
qué clausuró medio siglo de política revisionista y abrió una nueva etapa: la
abrogacionista? ¡Porque sí! Por esas jugarretas propias de la historia se
constituye por derecho propio en un salto cualitativo. Ese era el momento y
contaba con los actores y protagonistas. Además de obreros y campesinos se contaba con una influyente capas
medias integradas por profesionales y estudiantes, forjados en esta Universidad
de Panamá, la que desde 1935 alumbró con sus invaluables aportes de sus
docentes y estudiantes el fortalecimiento de la identidad nacional.
En enero de 1964 confluyeron
básicamente tres generaciones: la del movimiento inquilinario (1925),
representado por el Presidente Chiari y el Ministro Galileo Solís. La
generación del Frente Patriótico (1947) representado por Manuel Solís Palma, Eloy Benetti y Jorge Illueca; la otra es la
Juventud del Partido del Pueblo, el Partido Comunista de Panamá representada
por Víctor Ávila. Si quieren una referencia
ideológica podemos mencionar las tres relevantes: La Liberal del partido
gobernante; la naciente Democracia Cristiana y el Partido del Pueblo.
Sobre la conducta de determinadas
personalidades, quiero hacer un aparte especial, para resaltar la personalidad
descollante del Presidente Roberto Francisco Chiari. Fue el quién desde septiembre
de 1961 mediante nota instó a su homólogo el Presidente Kennedy a atender las
reivindicaciones que en justicia y en equidad le correspondían a Panamá. Esos
reclamos podían ventilarse según el sin agenda previa. La réplica de Kennedy
fue la propuesta de construir un Canal
Interoceánico a Nivel en la región del Istmo
(abril de 1962). Y terminaba invitándolo
a visitarlo del 12 al 18 de junio. La contra réplica de Chiari fue inmediata,
audaz y valiente (17 de marzo de 1962) haciéndole observar que lo del Canal a Nivel
era prematuro y aceptándole la
invitación le avisa que tendría la oportunidad de encontrar la justicia y la
equidad que cimente el respeto mutuo y la verdadera y sincera amistad entre
ambos países.
Lamentablemente, Kennedy no contaba en ese
momento con el necesario apoyo político en su país y rehuyó comprometerse con
Chiari con unas nuevas negociaciones. Dos graves problemas lo afectaban: uno la
de los círculos guerreristas por la escalada bélica en Vietnam y dos la presión
de los círculos ultraconservadores para acabar con la revolución cubana. Después
de la visita de Chiari a los EE.UU. se agudizó, cuatro meses después el
problema con Cuba y en octubre de 1962 la humanidad estuvo al borde de una
confrontación nuclear por el emplazamiento de misiles soviéticos en Cuba.
Comprensibles, aunque no aceptables, las
limitaciones de Kennedy básicamente se pactó enarbolar la bandera panameña en
17 lugares. Ya he dicho que los militares se opusieron rotundamente a izarla en sus bases y con ello estimularon la oposición
de los zonians o colonos. Otras reclamaciones de Panamá y referidas a la
apertura del mercado de la Zona del Canal que beneficiara la producción
panameña; la desigualdad laboral y contar con facilidades portuarias en las dos
entradas del Canal, tal cual constan en la Declaración
conjunta de los Presidentes Chiari y Kennedy, del 13 de junio de 1963,
fueron sencillamente desatendidas.
Ante la alevosa agresión que eran objeto los
panameños, el Presidente Roberto Francisco Chiari supo comprender el momento
histórico y se desempeñó con inteligencia y coraje. Decidió romper relaciones
diplomáticas con los Estados Unidos (el 10 de Enero). Por eso cuando llegó a la
Presidencia la multitudinaria manifestación popular, encabezada por la FEP, salió
al balcón presidencial y se lo comunicó al pueblo panameño.
Fue su reacción un acto de un resentido o una
conducta irreflexiva. Pues, no. Ese era el momento de la respuesta firme. Anticipándose
a la confrontación, Chiari advirtió que seguiría “la línea que nos hemos
trazado, sin estridencia, ni demagogia, con claridad, firmeza y dignidad,
continuaré con la lucha por el logro de nuestros objetivos” (Ver el Diario El Día, miércoles 1 de enero de 1964, p. 1). No importaba que ambos países estuviéramos
inmersos en procesos electorales, las presidenciales en Panamá eran en mayo,
mientras que las de los Estados Unidos eran en noviembre y además, el
Presidente Johnson aspiraba a la reelección. Era la primera vez que un país
latinoamericano rompía relaciones diplomáticas con los EE.UU. Panamá un pequeño
país que recién había alcanzado en el censo de 1960 la cifra de un millón de
habitantes, se atrevió a tomar esa trascendental decisión.
¿Por qué reafirmamos que ese era el momento? Por
dos razones fundamentales a saber: una, por el nivel de organización y
experiencia alcanzado por el movimiento popular y en especial el movimiento
estudiantil por medio de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP) que
agrupaba a los estudiantes universitarios y secundarios de todo el país; y dos,
por la influencia por la Revolución Cubana que puso en el debate los métodos y
medios para acceder al poder, es decir, mediante la vía insurreccional o armada,
o por medio de la vía pacífica o electoral.
En Panamá se fue fraguando una experiencia
insurreccional armada, por ejemplo, en el mes de abril de 1959, hubo alzamiento
guerrilleros en Veraguas, Santa Clara, como también en Nombre de Dios y Salud,
ambos en la Provincia de Colón.
Es bueno recordar que el Presidente Chiari para
acceder al poder contó con el apoyo de las organizaciones populares para
derrotar el continuismo de un sector de la burguesía panameña aliada con la
Guardia Nacional. Roberto F. Chiari cumplió con el compromiso de una amplia
garantía democrática para la reorganización y el debate en todas las
organizaciones de carácter popular. En ese escenario la Democracia Cristiana les
disputará a los comunistas el liderazgo entre importantes segmentos de la
sociedad panameña, entiéndase en el de los estudiantes, obreros, campesinos y
profesionales.
En ocasión en que el Presidente Chiari en 1962 procuraba abrir un proceso de
negociación para un nuevo tratado con los EE.UU., se organizó un movimiento
huelguístico por la reforma universitaria en la Universidad de Panamá. El
triunfo de ese movimiento permitió democratizar las estructuras universitarias
y consolidó una mayor relación con otros movimientos y sectores sociales. Esto sirvió
para permitir la unidad nacional en enero
de 1964.
Hace cuarenta y nueve años hubiera sido una
irresponsabilidad monopolizar el patriotismo en circunstancia en que este se
manifestaba pluralista, diverso y miles de persona de manera espontánea, la
mayoría, se incorporaban a las protestas. El que tenía un arma de fuego la
utilizó sin pedirle consentimiento a nadie. Por otro lado, algunos diarios y
radioemisoras apoyaron incondicionalmente las reclamaciones de los panameños.
Debo resaltar las exhortaciones patrióticas que hacía Radio Tribuna de Homero Velásquez, que gracias a su ubicación
estratégica se dedicó a insuflar valor y a denunciar ininterrumpidamente la
agresión.
Actualmente contamos con las propias fuentes
del gobierno de los EE.UU. para conocer
los recursos de los que se valieron para destruir y dividir la lucha patriótica
de los panameños. Para los interesados pueden acceder a U.S. Departament of State Office
Of The Historian 1964-1968 Volumen XXXI ó también History State Gov Historial Documents. Allí encontrarán viejos métodos como la
adulación, el trillado anticomunismo, la falsedad, distorsión, manipulación,
presión, amenazas, chantajes y, desde luego, no podía faltar los organismos
internacionales como es el caso de la O.E.A.
En el Document 370, hallarán la
transcripción de la conversación telefónica que mantuvo el Presidente Johnson con
el Presidente Chiari a las 11:40 a.m.
del 10 de Enero, Chiari evidencia su postura serena, firme e inclaudicable. Al comunicarle
Johnson que le enviaba al Sub Secretario de Estado, Thomas Mann, hombre de su confianza
y que debía llegar a Panamá en el transcurso de las 5:00 de la tarde, Chiari le
expresó que lo mismo que le va a decir a continuación a él se lo dirá a Mann,
le propone sin tapujo una revisión de todos los tratados que afectan a Panamá
en sus relaciones con los EE.UU., ya que son una fuente de insatisfacción.
Le recuerda a Johnson que Panamá tenía en esos
momentos 10 muertos y más de 200 heridos hospitalizados. A su vez le remarcó que
durante dos años hubo intransigencia, indiferencia y estancamiento en la
atención a los problemas panameños. Johnson reflejó reticencia a encarar la
crisis con la apertura de un proceso de negociación con Panamá y atrapado por los
informes falsos de la CIA, recurre al miedo, al anticomunismo y señala que
existe la probabilidad y posibilidad que elementos hostiles vayan a explotar la
situación.
A su llegada a Panamá el enviado Mann se
encontró con la manifestación de la FEP que exigía, junto a la ruptura de relaciones
diplomáticas, acusar a los EE.UU. por agresión ante la ONU y la OEA. Mann
desembarcó a las seis de la tarde en el Aeropuerto Militar de Howard, ubicado
en la entonces Zona del Canal y a las nueve de la noche se reunió en la
Presidencia de la República.
Mann pretendió entrampar la salida a la crisis
con la aceptación panameña a una simple discusión. Al preguntarle la delegación
a Chiari en qué consistía la revisión estructural propuesta por Panamá sin
vacilación respondió: es borrón y cuenta
nueva. Un nuevo tratado. Eso mediante negociaciones.
El cinismo estadounidense fue tal que el General
O’meara dijo que el daño a la bandera
panameña fue porque se le cayó al portante. El periodista Gil Blas Tejeira en
su columna que publicaba el diario “EL
DÍA”, con la pluma como estilete, lo ridiculizó señalándole ¡ni que hubiera sido de vidrio! (ver El Día,
jueves 16 de enero de 1964, p. 9).
Sobre los panameños asesinados el flamante subsecretario
Mann le espetó al Presidente Chiari que había que saber quién disparó primero
(“who
fired the first shot”) y volvió a acusar a los comunistas. Sobre esto,
Gil Blas Tejeira admitiendo que tenía familiares emparentados con
estadounidenses, destaca que los que se opusieron a izar la bandera panameña no
eran los izquierdistas sino los tozudos zonians. Igualmente, le informa al
Secretario de Estado Dean Rusk que durante su primer encuentro en la
presidencia panameña en la noche del 10 de enero, “seiscientos panameños le
coreaban en la calle “yankee go home” (“and much of the
conversation was conducted with background of 600 Panamanians outside chanting
“Out with the gringos.”). En Document
372. Telegram Panama city, january 11, 1964.
Jugaron con todas las posibilidades incluyendo
el golpe de Estado a Chiari y el colmo fue acusar a los asesores y en especial
a Eloy Benedetti de ser un agente comunista. No le perdonaban haber redactado
la nota con la que se rompía las relaciones diplomáticas. A cada nueva intentona
Chiari le subía la parada. El 16 de
Enero los estadounidenses reportan a Washington que el presidente panameño
había solicitado la reversión de la base militar de Río Hato para convertir sus
instalaciones en centros educativos.
La dinámica de los acontecimientos creó una
pulseada entre los que tenían confianza en alcanzar el compromiso de los EE.
UU. en negociar un nuevo tratado y quienes, con una visión limitada, se
convertían conscientes o inconscientemente en adláteres de la política colonial
estadounidense. Sobresalían los
lumpenburgueses (dueño de bares, cantinas, prostíbulos y de los toldos
carnestoléndicos). Sin embargo, todos los partidos de oposición manifestaron su
respaldo al Presidente Chiari. La excepción fue el candidato Arnulfo Arias
Madrid que no dejó pasar la oportunidad y acusó al gobierno “por su incapacidad
para proteger al pueblo en su acción patriótica” (La Hora, sábado 11 de enero
de 1964, pp. 1 y 7). Mas es preciso destacar que seis días después Arnulfo
retoma el discurso nacionalista, el anunciado en su Programa de soluciones efectivas para lograr un Panamá mejor para todos
los panameños sin discriminaciones odiosas (ver La Estrella de Panamá,
jueves 9 de enero de 1964, p. 3).
Por eso es que el viernes 17 La
Estrella de Panamá publicó el Manifiesto
del Partido Panameñista. Sin dejar de acusar el gobierno y expresar su
anticomunismo se deciden a “apoyar la
negociación de un nuevo tratado” y agregan “…es del caso,… en aras del
patriotismo hacer un llamado…en beneficio de los altos intereses de la patria”.
Las presiones ejercidas por sectores
empresariales que se aglutinaron en el llamado Comité de Reafirmación Nacional,
con el propósito de reanudar prontamente las relaciones diplomáticas con los
EE. UU., obligan la movilización constante de las organizaciones populares y en
especial la estudiantil. El miércoles 15
de enero la Asamblea General de la Unión de Estudiantes Universitarios (UEU)
aprobó una resolución de apoyo a la gestión de Chiari y salieron en
manifestación a entregársela. El viernes 17, tal como se había acordado por la
FEP, la federación sindical y otras organizaciones sociales se efectuó en el
Parque de Santa Ana un multitudinario mitin y al finalizar se dirigieron al
Palacio Presidencial a testimoniarle, una vez más, el respaldo al Presidente
Chiari. Ante esa presencia masiva el Presidente Chiari reafirmó que no habrá
relaciones diplomáticas sin que antes los EE.UU. se comprometan a negociar un
nuevo tratado (ver La Estrella de Panamá,
sábado 18 de enero de 1964, p. 1).
Para esa misma fecha, es designado el Lic. Miguel J. Moreno, embajador de
Panamá ante la OEA y potencial negociador. Moreno abandona su campaña
proselitista a la presidencia de Panamá y desde el 22 de enero hasta el 3 de
abril de1964, gestionó con éxito los acuerdos con los EE.UU. Para despejar
cualquier duda el gobierno panameño publicó la nota por medio de la cual se rompió relaciones diplomáticas con los
EE.UU. (La Hora, sábado 18 de enero de 1964, p. 1). El
lunes 20 de enero el Presidente Chiari se dirigió a todo el país mediante
cadena nacional de radio y televisión, expresando su inclaudicable voluntad por
la defensa de los intereses soberano de Panamá. También la Iglesia Católica
contribuyó a la lucha patriótica que se libraba y efectuó el domingo 26 una
Misa Campal denominada Cita con Dios por
la Patria y oficiada principalmente por el Arzobispo McGrath.
Ante las evidentes contradicciones entre Panamá
y los EE.UU. era imprescindible establecer una mejor coordinación entre todas
las organizaciones patrióticas y por lo tanto se organizó el Comité de Rescate y Defensa de la Soberanía
Nacional. Su dirección quedó constituida por el Dr. Jorge Illueca (Colegio de Abogado), Víctor Ávila (FEP), Ricardo Arias
Calderón (Docente Universitario) y Rubén Reyna por la Confederación de Trabajadores.
Ese comité organizó durante el sábado 15 y el domingo 16 de Febrero el Primer Congreso Nacional de Organizaciones
por el Rescate y Defensa de la Soberanía Nacional. Sus directivos fueron
Illueca, Ávila y Arias Calderón. Las resoluciones lograron apuntalar la resistencia
del gobierno de Chiari ante las presiones del gobierno de los EE.UU. Sobre este
Congreso y otros aspectos de la feroz lucha que se libraba contra el gobierno panameño
y fuera de él, les recomiendo leer con atención el segundo tomo de Jorge E. Illueca y el Acontecer Republicano 1918 –
1968, cuyo autor es el Dr. Celestino
A. Araúz M.
Por otro lado, sin pretensiones protagónicas
diré lo que en otras oportunidades he manifestado sobre la participación de los
colonenses. Por la propia configuración de esa ciudad, el enfrentamiento
inicial fue cuerpo a cuerpo y de allí que la mayoría de los heridos fueran por
bayonetas. En la mañana del 10 de enero y antes de viajar a Panamá, Mann
informó que EE.UU. tenía 3 bajas entre sus soldados y 34 heridos. (Ver Document 368). El 12 del mismo mes en
horas tempranas Mann le informa al Secretario de Estado Rusk que en el
Atlántico tienen 4 bajas más entre los militares y la presencia de un sólo
francotirador disparándoles. Esa información probablemente está relacionada con
la herida que sufriera mi hermano Juan
Antonio Navas Pájaro por disparos de perdigones que se le incrustaron en el
cerebro en los últimos minutos del día 11, al integrar la modesta unidad que
permanecía combatiendo y también se relacionaría con el asesinato del Sargento de
la Guardia Nacional, Celestino Villarreta en los primeros minutos del 12 de
enero. Aún con la duda que genera la usual manipulación de las cifras de las
bajas militares se abre la posibilidad de que en Colón se hayan ocasionado esas
bajas. No es para alegrarse porque la pérdida de una vida humana, siempre es
triste. Lo cierto es que a Juan, posteriormente en 1966, como a otros tantos le
arrancarán la vida con el propósito de escarmentar y para que nadie ose
enfrentar con las armas las instituciones de represión oficialmente
establecidas.
Toda la reprensión y las maniobras a las que
recurrió los EE UU. no impidieron que el 3 de abril de 1964 finalmente aceptaran
lo que Chiari le propuso desde 1961, es
decir, negociar un nuevo tratado justo y equitativo. Eso se logró felizmente en
1977 gracias a los Tratados
Torrijos-Carter. Esa conquista está asociada a la gran solidaridad que
generó hace ya cuarenta y nueve años la lucha de los panameños y que se
extendió desde China Popular, la entonces URSS, Egipto, Europa Occidental, abarcando
México hasta la Patagonia e incluyendo a influyentes diarios estadounidenses.
Por supuesto, lo relevante fue la más amplia unidad tejida entre diversas
organizaciones panameñas, y de todas ellas con el gobierno del Presidente
Chiari.
La comprensión de la política que ha normado
las relaciones de Panamá con los Estados Unidos pasa por un estudio e
investigación. Aún permanecen zonas grises que deben ser escrutadas con el
ánimo de fortalecer nuestra memoria histórica y con ella la identidad. Por eso,
resulta tremendamente paradójico que la Universidad de Panamá descuide este
aspecto vital en la formación de buenos ciudadanos con sentido de participación
crítica y creadora.
Hoy más que nunca estamos obligados a
resguardar la identidad, preservar nuestro legado, nuestro patrimonio y el
orgullo de ser panameños.
Debo recordar que fue la Universidad de Panamá
la que instituyó la cátedra Relaciones de Panamá con los Estados Unidos en 1955.
A partir de esa iniciativa del catedrático Ernesto Castillero Pimentel, los
diputados Julio Linares y Camilo O. Pérez en diciembre de 1962 presentan un
anteproyecto que se convierte en Ley de la República en enero de 1963 (Ley 31 del 29 de enero). Esa Ley mandataba que se dictara en todos los
colegios públicos del país y en los últimos años del bachillerato esa
asignatura. Hubo de esperar 10 años para que en 1973 se ejecutara la Ley (Decreto No. 6 del 8 de enero). También
en la Universidad de Panamá, a partir de esa fecha se propagó para otras
escuelas y facultades.
No obstante, la han ido eliminando del
curriculum. Lo mismo acontece con la Historia de Panamá. Esta última quedó
reducida a dos horas durante un semestre y con la denominación de Panamá en el Mundo
Global.
Nos corremos el riesgo de pretender formar buenos
profesionales, pero sin conciencia nacional y, peor aún, sin sensibilidad
social. Capaces de destruir el Cerro Ancón para utilizarlo como cantera para
beneficiar un millonario proyecto inmobiliario.
En esos meses de Enero de 1964 de no haber
contado el gobierno de Chiari con el apoyo irrestricto de docentes y la
dirigencia estudiantil de la Universidad de Panamá, al igual que otros sectores
sociales, los EE.UU. se hubieran burlado como lo hicieron en más de una ocasión.
Nuestra posición geográfica nos condena al acecho
de las potencias de las épocas. En la actualidad se están formando negro
nubarrones a los que hay que prestarle atención. Europa se debate en una grave
recesión, los tambores de guerra resuenan en el medio oriente. Todo parece
indicar que se reactivará la guerra fría a tres bandas: China, Rusia y los EE.UU.
Aunque tengamos optimismo en el futuro, el peligro es real.
China y EE.UU. son nuestros
principales usuarios del Canal. No quiera nadie que por errores terminemos
sucumbiendo ante los especuladores y volvamos a desoír la advertencia del
patricio Justo Arosemena al indicar “no dar el suelo porque podríamos dar el
territorio”. En aquellos días de
enero de 1964 respondimos a las circunstancias. Hoy, al igual que ayer, seguimos
en pos de un proyecto, o en todo caso ayudarlo a construirlo de manera que haya
equidad y justicia, parafraseando al poeta Pedro Rivera: “el país que recuperó el Canal debe erradicar la pobreza”, es
imperativo que los miles de millones de balboas que aporta el Canal a las
finanzas públicas se pueda conocer en qué se invierten y si contribuye a
eliminar la miseria.
Así, cuando nos autoconvoquemos
para conmemorar los 50 años del martirologio y coraje de los protagonistas de
la gesta de enero 1964 el próximo año, en enero 2014, podamos decir con orgullo:
gracias
a Ustedes, mártires y héroes, tenemos patria y al servicio de todos. El
mejor escudo que podamos edificar es mediante la educación que resalte lo que
le ha costado a la nación panameña su reafirmación, que no nos suceda como
Egipto que agobiado por sus deudas, como bien me lo recordó el Rector García De
Paredes, terminó Inglaterra apoderándose del Canal de Suez sin haberlo
construido. Por eso, sigue teniendo pertinencia la asignatura Relaciones de
Panamá con los EE.UU. en la Universidad de Panamá. Porque como bien dice la
abuela no se puede ser luz afuera y oscuridad adentro. Por ello, solicito respetuosamente
que los universitarios de esta hora debatamos este importante asunto.
¡Gloria Eterna a los Mártires
y
Héroes del 9 de enero de
1964!
Prof. Luis Navas Pájaro
Docente
*Discurso pronunciado en
honor a la memoria
De los Mártires y Héroes de
enero de 1964
Plaza 9 de enero - Universidad
de Panamá
9 de enero de 2013
*Corregido para su
publicación
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